Dentro de la institución “Carl Rogers” el aprendizaje humano, es considerado como diferente para cada persona.
El fundamento de la institución es el Humanismo a partir de las enseñanzas de Carl Rogers, concibiéndolo como una forma de vivir, pensar y actuar que permite al individuo potenciar sus posibilidades, buscando establecer lazos fraternos con los otros, incluidos los demás seres vivos.
A través de la responsabilidad por su propia vida, las de sus comunidades y el mundo donde vivimos, se invita a los estudiantes a enfatizar en la búsqueda de la libertad como un acto de responsabilidad, tanto individual como social, tomando en cuenta la pluralidad de saberes y el respeto a la diferencia.
Estamos convencidos que debemos emprender la tarea de trabajar en una visión que considere a la educación como un proceso que favorezca la articulación, vinculación e integración, generando el intercambio de experiencias.
Planteándolo como un proceso sistemático que vaya desde el autoconocimiento hasta la conciencia universal, construyendo nuevos objetos de conocimiento, llevándonos a la reflexión e incluso hacia la autorrealización. Siendo capaces de visualizar otro tipo de sociedades, imaginar, inventar, reconstruir, para poder responder a un mundo cambiante.
La estrategia necesaria para lograr el objetivo ha sido una “reconceptualización de la enseñanza como una actividad no logística y técnica, sino más bien artística y personal”, lo que puede llevar al interés por la figura del profesor siendo tan sólo uno de los elementos claves en la configuración de los procesos de enseñanza-aprendizaje, ya que vale también considerar al estudiante como coprotagonista de dicho acto.
Se pretende buscar el consenso y la participación a través de un trabajo horizontal, en el que existe no la jerarquía como autoridad, sino en la interacción basada en el respeto mutuo, en donde podamos construir una meta común, con la claridad del objetivo.
Consideramos que es desde nuestra “espacialidad privilegiada”, que tenemos el compromiso de generar condiciones diferentes, por lo que nos sentimos realmente afortunados, pues al estar en contacto con los estudiantes, dentro de la preparatoria, nos da la oportunidad de conocer inquietudes y necesidades a las que se enfrentan cotidianamente, dándonos la posibilidad de acompañarlos desde una educación como libertad comprometida, en donde ocurra el diálogo, la escucha, la creatividad, la reflexión a través de la cual el ser humano se descubra como una totalidad.
Mostrando un deseo constante a ser, más si no existe un contexto que permita este crecimiento y desarrollo en la libertad, todos los involucrados se sienten carentes de significado como personas y cuando esto aparece, hemos podido observar cómo surge una sensación de apatía, además de sufrir un debilitamiento paulatino de su sentido de compromiso como seres humanos, siendo esto lo que nos ha motivado a querer generar espacios diferentes en los que a la par de los y las jóvenes seamos reconocidos como seres únicos e irrepetibles, en donde cada uno de nosotros nos consideraremos fuente inagotable de posibilidad creativa y en donde a partir del ser pleno, se pueda descubrir al otro y hacer conciencia de otras realidades, pudiendo generar alternativas, que los lleven a dejar de lado la indiferencia y la apatía.
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