Contar historias puede ser tan importante como enseñar materias.
- Preparatoria Carl Rogers
- Nov 1
- 3 min read

Por Alejandra Martínez Pérez
¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando decimos escuela?
Seguro pensaste en clases, matemáticas, tareas, historia, cafetería, biología, receso. Y claro,
esas materias y elementos, son fundamentales. Pero en la Prepa Carl Rogers sabemos que la
educación es más que transmitir contenidos: es también construir un relato de quiénes
somos y hacia dónde vamos. Es una etapa de la vida, donde el estudiante aprende más de sí
mismo y empieza a planear lo que vendrá en el futuro.
Las asignaturas aportan conocimientos, pero las historias nos ayudan a entender y sentir esos
conocimientos en la vida real. Nos conectan unos con otros. Un estudiante puede aprender
sobre arte en teoría, pero cuando comparte la emoción de exponer su primera pintura, esa
vivencia se convierte en un relato que nos inspira a todos. Y que por eso queremos contar.
Historias que construyen identidad.
Cada foto, cada video, cada publicación que compartimos en nuestras plataformas son parte de
un relato más grande: el de una prepa donde el humanismo y las artes no son accesorios, sino
el corazón de la educación. Cuando relatamos lo que sucede, reafirmamos que aquí lo que
importa no es sólo aprobar materias, sino crecer como seres humanos integrales.
Cada que te encuentras con una foto, un video o una publicación con algo de lo que sucede
con nuestros estudiantes, es parte de documentar y dejar en la memoria esos momentos quehoy parecen no ser importantes, pero que dentro de unos años añorarán poder ver de nuevo
esa risa, ese baile, esa clase, a esa maestra, esa exposición, ese acierto o por qué no, ese
fracaso. No solo contamos historias, compartimos sus logros.
Educar también es inspirar
Desde la trinchera de marketing, he visto la diferencia que hace una historia bien contada.
Es muy satisfactorio leer en las redes sociales que los alumnos, ex alumnos y papás, aplauden
el trabajo y el esfuerzo de los estudiantes y también el de nuestro equipo docente, que todos
los días ponen un granito para hacer de la prepa, una experiencia única e inolvidable.
Cuando un papá reconoce a su hijo en una foto y sonríe con orgullo; cuando una estudiante
comparte o comenta un video de su experiencia en la prepa; cuando una familia interesada en
la prepa nos dice: “Nos encantó ver cómo viven sus alumnos”. Todo eso confirma que las
historias inspiran tanto como enseñan.
No se trata solo de contar historias, nos gusta hacerles saber a los estudiantes que sus logros
nos llenan de orgullo. Y más nos gusta haber aportado un poco para que ese momento sucediera.
Conectar para transformar
Es posible que, más adelante, los estudiantes olviden fórmulas o fechas, pero podría estar
segura que no olvidarán la vez que se sintieron realmente escuchados, la obra de teatro en la
que dieron su máximo en el escenario, el baile que salió perfecto, o el proyecto que hicieron en
equipo y que los llenó de orgullo. ¿O qué tal los momentos que las mascotas de casa pudieron compartir dentro del salón o en la clase de danza?
Contar esas experiencias del día a día escolar es una forma de asegurarnos de que lo
importante en sus vidas, trascienda.
Sabemos que en la sociedad actual peleamos contra corriente en un mundo digital y que todo
gira en torno a lo que sale y vemos en redes sociales o en internet. Pero nuestro propósito no
solo es “estar”, se trata de conectar con los que son afines a nuestra filosofía y nuestra forma
de educar a la juventud.
Facebook, Instagram, TikTok, nuestra comunicación externa, no son enemigos, son aliados mientras contamos parte de la historia de la vida de estos estudiantes que con mucho valor han decidido continuar con su aventura escolar, dentro de una preparatoria que se interesa por la excelencia en la preparación académica y también por un crecimiento emocional y social que los lleve por el camino de su profesión, con menos incertidumbres. Y eso … nos gusta contarlo y dejar impreso en el recuerdo, que disfrutamos mucho ser parte de la vida de estos jóvenes.
En fin, las materias nos enseñan el “qué”, pero las historias nos muestran el “para qué”. Y es en
esa unión —entre conocimiento y sentido— donde la educación realmente transforma vidas.









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