Por Yunuen Vanessa Guerrero Vivero
Dicen que las generaciones y los tiempos cambian y en el plano de la literatura no es la excepción, como padres y maestros, muchas de las ocasiones nos cuesta entender por qué a la mayoría de los adolescentes y jóvenes les cuesta trabajo disfrutar un buen libro, cuando antes era una forma de pasar el tiempo. La respuesta es sencilla, nacieron en un momento histórico distinto al nuestro. Ahora, muchos diremos: yo también nací en un momento distinto a mis padres y disfruto leer. La diferencia es que el avance tecnológico y del ritmo de vida de nuestros padres con el nuestro fue similar, puesto que lo que avanzó la tecnología en 100 años, nos abarcó de alguna manera a la generación de nuestros padres con la nuestra, de ahí que no se note mucho esa diferencia.
Mientras tanto ese mismo avance tecnológico se dio, pero en cuestión de 10 años únicamente en nuestra generación con la de nuestros hijos, por eso vemos tan lejanos en tecnología a nuestros jóvenes, sin embargo esto no es una justificación para evitar la lectura, pero si cambió abismalmente su forma de entretenimiento e inclusive de aprender, pues si bien es cierto que han avanzado en tecnología, también se dieron retrocesos en la comprensión lectora, en conocimientos básicos generales, en creatividad, solución de problemas, trabajo en equipo, por mencionar algunos.
Si bien hay varias teorías a respecto, definitivamente la falta de cultura lectora es una de ellas, por ello dejo algunos puntos que posiblemente les puedan servir para generar interés con la lectura, partiendo del dicho: “el consejo jala, pero el ejemplo arrastra”.
1.- Comentar artículos de interés del gusto de los jóvenes (Artistas, deportes, sucesos) esto de manera casual. Se inicia con artículos, puesto que son cortos y puede ser la llave de entrada para algún tema de interés más profundo posteriormente.
2.- Tener un espacio de lectura en casa (No importa por pequeño que sea el espacio) darle un lugar a los libros como un integrante más de ella, inclusive les podemos pedir apoyo para diseñarlo o hacerlo. No olvidemos incluir libros ligeros de temas que escuchamos que los jóvenes platican constantemente y de un número pequeño de páginas.
3.- Poner reglas en cuanto al uso de la tecnología dentro de casa (La mayoría de los jóvenes pasan más de una hora en las redes sociales con el celular, después de irse a acostar) El uso de cualquier tecnología por la luz y la actividad cerebral que demanda, deja al cerebro excitado, lo cual no permite el descanso total y hace que al siguiente día despierten con baja energía, mal humor, desinterés en general, en su lugar tener un libro de su interés en su buró.
4.- Regalar tarjetas de alguna librería en fechas importantes (cumpleaños, navidad, etc o pedirles que hagan una lista de sus libros favoritos)
5.- Invitarlos a alguna feria, festival o presentación de libro, si no de manera directa, pedirles que les acompañe.
6.- Si hay hermanos menores, pedirles que apoyen en la lectura de un cuento.
7.- Leer el mismo libro haciendo retos como: leer un determinado número de páginas por día, corroborar la lectura por medio de preguntas cada determinado tiempo, relacionarlo con anécdotas personales o familiares, etc.
8.- Para quienes no tienen el hábito de la lectura, siempre es importante iniciar con libros de cuentos cortos. Esto les permitirá sentir que terminan lo que empiezan, que no lo dejan a medias.
Por último, comentaré que el hábito de la lectura como cualquier otro, no es un acto de magia, requiere de un esfuerzo constante, voluntad y paciencia por parte del adolescente, sin embargo también como adultos nos corresponde asumir nuestra responsabilidad para formar más jóvenes con opciones de entretenimiento sano, creativos, con habilidades para solución de conflictos; algunas cualidades que nos proporciona, la lectura.
“Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee”
Miguel de Unamuno
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