Por Xóchitl Sánchez

En la actualidad hablar de adolescencia es hablar de malas decisiones, cambios de humor
repentino y hormonas entre otras cosas, pero algo que debemos de revisar como formadores
(padres, madres, maestros, tíos, etc.) es la forma en como nos relacionamos con ellos, la manera
en la que estamos interviniendo en su desarrollo tanto físico, como emocional y educativo. Para
esto, es importante apoyarnos con un modelo innovador y que vaya de la mano con el ritmo de
vida actual.
Muchas veces escuchamos frases de padres refiriéndose a su hijo(a): “Es su obligación estudiar y sacar buenas calificaciones, ya que no hace otra cosa en casa” o “Yo también pase por su edad, sin las comodidades que él/ella tiene y no me pasó nada”, pero podríamos cambiar el discurso, y
como padres y formadores preguntarnos: ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo(a) en esta etapa? ¿Por
qué es importante escucharlos y comprenderlos?
Muchos padres llegan a hacer este tipo de cuestionamientos y ponen en marcha herramientas
para dar apoyo a sus hijos(as), pero muchas veces no funciona, ya sea por tiempos, por apatía o
simplemente dejan de hacerlo y no continúan con el proceso. Esto no quiere decir que no haya
interés o que los hijos se dejen a segundo término, el verdadero problema es la poca o nula
información correcta que se recibe al respecto.
Uno de los medios más comunes que utilizamos en la actualidad para informarnos son las redes
sociales, en las cuales aparecen supuestos especialistas en diferentes áreas que intentan informar y dar un parámetro desde sus áreas de estudio, podemos observar personas de todas las edades viendo y recomendando diferentes estrategias; en la educación es lo mismo, padres de familia buscando respuestas a las problemáticas o situaciones cotidianas, encontrado miles de opiniones y teorías que mayormente se contradicen, provocando con esto incertidumbre y más dudas de las que tenían antes.
Por este motivo es importante que nos informemos de una manera consciente sobre este tipo de temas y siempre basarnos en algo sustentado científicamente mediante herramientas confiables, para esto, es necesario acercarnos a especialistas certificados. Por ejemplo, en la preparatoria Carl Rogers se cuenta con el apoyo de tutores para cada semestre, los cuales cuentan con formación en psicología o pedagogía y su principal labor es apoyar a alumnos en el área emocional y académica, sin dejar de lado a los padres de familia, ya que sabemos que ellos son un eslabón muy importante en la triada educativa (alumnos, maestros y padres de familia).
Como se mencionó líneas arriba, en la preparatoria se busca dar un apoyo integral a los
estudiantes y una de las prioridades es que los grupos sean reducidos y por consiguiente que la
atención sea personalizada, buscando con esto un nivel académico de excelencia, pero sobre todo que esta sea una gran etapa para nuestros jóvenes.
Para lograr esto se utilizan varias herramientas educativas. Una de ellas es la disciplina positiva, la cual consiste principalmente en poner límites y normas de manera respetuosa, siendo empáticos, generando con esto confianza con nuestros chicos(as).
Este modelo educativo tiene varias características, la cuales son fundamentales para lograr los
objetivos planteados. En primer lugar, la disciplina positiva busca establecer una conexión
emocional, no solamente entre el docente y el estudiante, sino entre los compañeros de clase; es
efectiva a largo plazo, es decir, enseña al adolescente a conocerse, a saber lo que está sintiendo y con esto tener herramientas para solucionar problemas en un futuro.
En segundo lugar, se fomenta el respeto mutuo entre todos los integrantes, ya que el adulto tiene que ser firme, pero amable en el momento de hacer alguna observación al adolescente; se enfoca en soluciones más que en castigos. Por último, la empatía es fundamental, ya que con esta, tanto el adulto como el adolescente pueden entender que es lo que está sintiendo la otra persona y actuar de acuerdo a esto.
Disciplina positiva en casa.
La disciplina positiva es una gran herramienta, ya que está enfocada en apoyar a nuestros hijos de una manera empática, amable y firme, sin dejar de lado sus necesidades y sus emociones.
A continuación, se mencionarán algunas sugerencias de como emplear la disciplina positiva en
casa:
Pasar tiempo de calidad con tu hijo(a): puedes, por ejemplo, ver una película juntos, salir
a algún lugar de interés mutuo, ir por un helado, lo importante es que estén juntos y lo
disfruten.
Elogiar a tu hijo en sus logros: a veces, para un adulto un pequeño logro no es
significativo, pero para tu hijo(a) es algo muy importante, nunca te olvides de felicitarlo y
alentarlo a seguir.
Establecer reglas y límites claros: en este caso hablar en positivo es primordial, es decir,
es necesario que tu hijo(a) entienda lo que se espera de él y con esto en un futuro no
tener que regañarlo por algo que no debía de hacer.
Espero que la siguiente información haya sido de utilidad y pueda servir en la convivencia diaria
con nuestros adolescentes, de cualquier manera, los invito a que se acerquen al departamento de tutoría en la prepa Carl Rogers y con gusto se les brindará el apoyo necesario.
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