La tutoría desde el acompañamiento terapéutico.
Por Areli Gómez Gelover.
Todos los jóvenes que están en la etapa de la adolescencia se encuentran frente a frente con retos que impactan en su desarrollo personal y académico. Entre los retos más importantes que viven puedo mencionar el estar en la búsqueda de su identidad, el trabajar con su autoestima, la planeación de su futuro, los lazos sociales que van formando, entre otros.
En esta escuela se maneja muchísima libertad para que sus integrantes puedan expresarse de diferentes formas y se sientan cómodos en este espacio seguro, que es suyo. Cada día del ciclo escolar, los tutores convivimos con nuestros alumnos, pasamos muchísimo tiempo a su lado y es inevitable crear lazos, conocerlos y compartir con ellos sus días buenos y no tan buenos. Nos mantenemos muy cerca para poder acompañarlos y apoyarlos en esto, por lo que en ocasiones tenemos que buscar alternativas para que puedan trabajar de forma interna y externa al respecto, ya que no todos tienen la misma apertura o facilidad para expresarse, pero ¿cómo hacerlo?
Nuestro objetivo como tutores es brindarles a los padres, jóvenes e incluso a nuestros compañeros docentes recursos prácticos para promover el bienestar de nuestros alumnos, dándoles seguimiento en su desarrollo personal y alcance en las fortalezas que tienen dentro del entorno educativo de la mejor forma buscando que esta siempre sea positiva y constructiva.
Me parece de suma importancia compartir desde dónde realizo mi trabajo como tutora, ya que, si bien los tutores nos encargamos de observar de cerca todos los días el desempeño académico de los alumnos, también tenemos nuestra formación e intervención como psicólogos o pedagogos para apoyarlos en el aspecto psicoemocional y cada uno de nosotros tenemos nuestra peculiar forma de trabajar. En lo personal, mi herramienta favorita de intervención con ellos es el acompañamiento terapéutico, misma que aplico todos los días con mi grupo y con los alumnos que pertenecen a nuestra comunidad Carl Rogers.
El acompañamiento terapéutico consiste en estar al lado de las personas, buscando su estabilidad, bienestar emocional e identificando las señales que el individuo o grupo externa para recibir ayuda u orientación. Esto se realiza en el entorno cotidiano, observando el ambiente y las diferentes variables que se presentan en él. En este caso, nos compete todo lo que sucede dentro de la institución de forma diaria además de que también tenemos que considerar algunos factores como las situaciones que pasan en su familia, amigos, grupos y actividades extraescolares que impactan directamente en su estado emocional y desempeño en sus clases o estancia en la escuela. Es importante resaltar que el AT es una herramienta clínica utilizada principalmente para intervenciones que competen a la salud mental y sus tratamientos, sin embargo, podemos utilizar algunas estrategias del material teórico-práctico que nos ofrece. Así pues, en nuestros acercamientos semanales con nuestro grupo, se aplican actividades o dinámicas que hemos identificado que podrían mejorar el desarrollo personal y grupal de nuestros alumnos. ¡Qué fortuna desarrollar este rol servicial!
Hay muchas otras instituciones donde se maneja un departamento de tutoría o asesoría, sin embargo, ninguna otra maneja la tutoría desde donde nosotros lo hacemos. Trabajamos con el fin de que los jóvenes nos logren identificar como personas a las cuales acuden en caso de necesitar asistencia en alguna situación y no por obligación de nuestras funciones, sino porque les gusta y se sienten cómodos al recibir también nuestro apoyo y escucha. Retomando esta parte de brindar servicio, me viene a la memoria uno de los discursos de Lacan, que en algún punto de sus escritos nos plantea la idea de ponernos a cumplir el “rol de secretarios”, es decir, estar abiertos, en escucha y observación activa de lo que las personas nos quieren compartir, sin importar lo simple o complejo que pueda llegar a ser, pero siempre buscando cubrir las necesidades particulares que lleguen a manifestar respetando siempre su propia realidad, aunque para nosotros sea distinta.
Nuestra comunidad educativa es pequeña y las razones son clave en nuestra filosofía educativa. La atención personalizada es algo que nos distingue de todas las demás instituciones. Creemos también que el trabajo directo con nuestra comunidad de padres de familia es indispensable para el crecimiento integral de nuestros alumnos. Con el objetivo de incluir a la familia en este proceso de acompañamiento, buscamos actividades y momentos en los que compartimos e intercambiamos información valiosa con ellos, con la finalidad de promover la comunicación padres-hijos y así encontrar un equilibrio entre todos al seguir sosteniendo a los jóvenes, pero también dándoles poco a poco la independencia así como también la responsabilidad adulta a la que se están dirigiendo.
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